El Devenir del Agua Amarga
Creo que ya hemos hablado bastante sobre el café. También ya hemos dicho algo del té, pero no he dicho nada acerca de una de mis bebidas favoritas; el chocolate. Semejante omisión de mi parte merece un gran escarnio por parte de todos los dioses nahuas. Creo que es momento de reivindicarme, aunque sea nimiamente.
El chocolate es uno de los alimentos más consumidos en el mundo. Lo disfrutamos a mordidas, a tragos, a chupadas y hasta a fumadas. Lo acompañamos con azúcar y con leche, también con ajo y sal. Hay, literalmente, una enorme diversidad de formas en las que disfrutamos el chocolate en todo el mundo. Lo disfruta desde el mundo anglosajón hasta el medio oriente; de norte a sur, de este a oeste. Aunque el chocolate es la alegría de chicos y grandes pocos saben qué cultura fue quien aportó este manjar a la humanidad. Espero que algunos se sorprendan gratamente al leer que fue en nuestra zona geográfica donde se produjo este regalo de los dioses. Tanto los olmecas como los mayas, toltecas y nahuas fueron quienes hacían ofrenda a los dioses por las delicias del cacao.
Como la gran mayoría sabe, el chocolate es el producto de la manipulación de las semillas del cacao. Es el resultado de la mezcla de azúcar con dos derivados del cacao, la manteca de cacao y la masa de cacao. Pero este alimento, tal como lo conocemos hoy en día, dista mucho de la receta original con la que los antiguos mexicanos lo disfrutaban. Tanto la palabra cacao como chocolate son de origen nahua. Cacahuatl es como se le conocía a la semilla del cacao y Xocolatl al derivado que se hacía con éste.
Me gustaría detenerme un poco en esta palabra: Xocolatl. El náhuatl siempre me ha parecido una forma muy poética de comunicar cosas. Será tal vez por su carácter aglutinante que consigue crear conceptos profundos y hermosos, y que al mismo tiempo pueden llegar a ser conceptos muy honestos y directos. Este es el caso de Xocolatl. La etimología de la palabra es muy simple, se compone de la palabra Xocolli que significa "cosa amarga" y Atl que significa "agua." Así pues, la conjunción de ambas nos da la palabra Xocolatl, que significaría algo así como "agua amarga", ya que eso era precisamente lo que aquella bebida era, agua amarga. Francamente nos sentimos bastante afines a la cultura nahua, por lo que nos centraremos en la cultura culinaria de esta cultura, en concreto con el pueblo mexica. Los antiguos mexicanos tenían dos bebidas en las cuales el cacao fungía como ingrediente. Una de ellas era el Atolli y la otra era propiamente el Xocolatl. En el caso del Atolli, que significa "cosa aguada" y que hoy es lo que conocemos como atole, se trataba de una masa de maíz hervida con agua, endulzada con miel y aderezado con cacao. Así es mi estimado lector, lo que hoy conocemos como champurrado, deliciosa y energética bebida, era una de las principales recetas de los antiguos mexicas; que está, además, enraizada en la más profunda de nuestras capas culturales. Pero por el momento, mi principal interés está con el Xocolatl.
La receta de esta última bebida, donde el principal ingrediente es el cacao, era muy sencilla. Se extraían las semillas del cacao, se secaban y luego se tostaban al fuego. Posteriormente se pelaba el cacao y se molían en piedras para hacer una especie de harina. Esta harina se hervía con agua y se aderezaba con condimentos, el más usual era el chile, y así era como se servía, caliente y en una jícara. Me parece una receta interesante, con un carácter muy especial que sólo podríamos descubrir al ingerir la poción. El sabor de esta bebida, como el nombre lo dice, era amargo; agua amarga. Este néctar era considerado como medicinal, energético y afrodisiaco. Su disfrute estaba destinado solamente para el consumo de los nobles. También era un brebaje para los guerreros, la bebían antes de entrar en combate, de esa manera podían recibir de golpe la energía que las propiedades del cacao pueden proveer al cuerpo con sus estimulantes naturales.
También se cuenta que el último emperador de los mexicas, Moctexuma Xocoyotzin, bebía muchas jícaras al día de Xocolatl. Lo hacía porque necesita del poder estimulante y la energía que esta pócima le podía brindar para visitar a sus mujeres. Pues claro, como muchos saben, Moctezuma tenía muchas esposas a las cuales le gustaba complacer… si saben a lo que me refiero, guiño, guiño. El Xocolatl le daba la energía que era menester para un buen desempeño sexual, no por nada son el regalo predilecto de los amantes en el día de los enamorados.
Esta bebida, esta agua amarga, no fue para nada del agrado de los españoles. De hecho, odiaban el Xocolatl, pero me gusta pensar que al ver a Moctezuma rendir tanto y tan bien; por ejemplo, se dice que en un momento el emperador Mexica había preñado al hilo a ciento cincuenta de sus muchas mujeres, Cortés y compañía decidieron llevar el cacao a Europa, de España recorrió el viejo continente hasta Inglaterra, donde llegó casi junto con el té y el café, y aunque odiaban el sabor, bebían Xocolatl ya que se promovía como un buen afrodisiaco y por las cualidades medicinales que tenía el brebaje. Además, se intuían las capacidades antioxidantes que tenía esta bebida, lo cual hoy sabemos que es totalmente cierto, por lo que se consumía pese a su fuerte sabor amargo. No obstante, poco duró la receta del Xocolatl original en el viejo continente. Los europeos, pusilánimes sólo como ellos, no soportaban el sabor de este brebaje indígena del valle del Anáhuac, así que no tardaron en agregar otros ingredientes y transformar el Xocolatl en chocolate.
Se dice que fueron los monjes y las monjas españoles los que comenzaron a experimentar con el cacao. Primero agregaron ciertas especies dulces, como la canela y el anís, en el proceso de molienda, y luego azúcar en el agua mientras hervía. Pero la receta definitiva sería la que los españoles fueron probando, prefirieron cambiar el agua por leche, y el chile por azúcar. Así que sentaron las bases para lo que hoy es el alimento más consumido en el mundo. Pero no dejo de pensar en la receta original, parece, en efecto, exótica para una mente occidentalizada y colonizada. Sin embargo, me parece demasiado poderosa y con mucho carácter. Hay que tener en cuenta que cada bebida ha proyectado una cierta personalidad o carácter en su constitución culinaria. Por ejemplo, creo que el vino proyecta una cierta arrogancia, el café un tanto de enajenación y el té algo de serenidad. Creo que el chocolate, aún en sus versiones modernas y occidentales, tiene una cepa de fogosidad. Pienso que de todas las bebidas que ha inventado la humanidad, la que tiene un enfoque más vitalista, una mejor voluntad de poder en sus propiedades, la que mejor estimula nuestros miembros para la acción es el chocolate. La considero la bebida para la guerra y el amor, el elixir de los amantes y los guerreros.
No por nada los antiguos de estas tierras creían que el cacao era un regalo de los dioses. Ellos, los antiguos dioses, nos regalaron su propio alimento para nuestro consumo. Sólo un occidental fue capaz de reconocer esta vitalidad, me refiero al taxónomo Carlos Linneo, que nombraría al árbol del cacao como Theobroma cacao. Theobroma tiene su origen del griego y significa literalmente "el alimento de los dioses", a su vez respetó el vocablo "cacao", que como ya comentamos es de origen náhuatl. Linneo no se equivocó, este alimento y este néctar es el alimento de los dioses, sustancia que se destina para proyectar vitalidad a los huesos y a las carnes. Sólo quisiera volver a insistir, antes de irme a preparar la receta original del Xocolatl, que lo que se produce y produjo en estas tierras, tienen un gran valor cultural. Así pues, guerreros y amantes, disfruten de su dulce agua amarga.